no quería saber lo que me gritaba...

Inútil tarea la mía.
Grita tan fuerte, habla tan claro...
que incluso tapándome los oídos,
escucho su dulce melodía.
Su susurro se convierte en clamor
dentro de mi pecho.

Hay cosas que no necesitan ser dichas,
sensaciones que no necesitan ser vividas,
amores que no necesitan ser probados...
para que su grito traspase todas las barreras.
¿Cuándo no has querido oír y aún así... escuchaste?
¿Cuándo no has querido entender, y aún así... supiste?
Un beso,