Estaba esperando a una amiga para comer...
El lugar: La estación de ferrocarril de Chamartín, en Madrid.
Como de todos es sabido, soy una cansina, siempre llego pronto. No, yo no soy puntual, yo soy extra-puntual. Con tal de que no me esperen, espero yo... Ayss, lo que digo.
Bueno, el caso es que, como siempre me sobra tiempo, siempre cotilleo. En Chamartín . que es muy grande, hay tiendas, puestecillos más o menos interesantes... Y hoy encontré algo que ha llamado mi atención.

Dispuestos frente a las taquillas, en el gran vestíbulo, que alberga decenas de ventanillas, cientos de asientos de personas que distraídas leen un libro, escuchan su iPod con la mirada perdida y niños que corretean delante de padres que desesperan para no perderles de vista entre la muchedumbre que por allí deambula, unos veinte maniquíes dispuestos dentro de una cinta plástica (como esas que pone la policía alrededor de la zona acotada).
Me acerco y observo que sobre sus torsos y espaldas rezan textos... en sus brazos, a modo de código de barras, también hay algo escrito... Son nombres: Rosalía, 23 años, ecuatoriana. Marta, 19 años, gineana. Giovanna, 30 años, keniata, etc...
Mi cámara de fotos (esa que siempre me acompañaba en mi bolso) está rota, desgraciadamente, pero... como siempre hay una luz para una sombra... mi móvil tiene cámara. Las fotos no son muy buenas, pero quiero mostraros algunas de ellas que, pensando en vosotros, he hecho con esmero mientras la gente me miraba curiosa.


Y algunos de los textos. En su espalda...
"La trata de personas constituye el tercer negocio ilícito más lucrativo, después del tráfico de armas y drogas"
"Debemos impedir que mujeres y niñas vean pisoteados sus derechos y sean convertidas en mercancía para beneficio de redes mafiosas".
Y sus torsos, cuentan cosas...
"Yo no hablaba ni una palabra de español. No podías fijarte en el camino y como no conozco las ciudades, si quisiera escapar no podría decir ni dónde estoy. Él me dijo 'déjame el pasaporte porque tienen que apuntar tu nombre y hacer el contrato' Le dí el pasaporte y todos los documentos, todos. Me doy cuenta de que realmente soy nadie en medio de un país que no conozco y donde seguramente tampoco intereso a nadie. Me asusté."
Otra terrorífica historia...

"Tengo una niña, estudié marketing en la universidad y tenía una pequeña empresa de alquiler de video. Hasta que tuve un problema con mi marido y su familia. Cuando me quedé embarazada por segunda vez, mi marido empezó a irse de casa a veces durante varios días hasta que finalmente nunca volvió y me dejó con el bebé y sin dinero".
Y una más...

"Si quise denunciar desde el principio, desde que me dí cuenta donde estaba pero era una perspectiva que veía lejos porque pensaba que la policía estaba corrupta, como en mi país. No sabía si había embajada y que si preguntaba por la calle no todo el mundo me iba a decir la verdad, así que prefería callarme".
El lugar: La estación de ferrocarril de Chamartín, en Madrid.
Como de todos es sabido, soy una cansina, siempre llego pronto. No, yo no soy puntual, yo soy extra-puntual. Con tal de que no me esperen, espero yo... Ayss, lo que digo.
Bueno, el caso es que, como siempre me sobra tiempo, siempre cotilleo. En Chamartín . que es muy grande, hay tiendas, puestecillos más o menos interesantes... Y hoy encontré algo que ha llamado mi atención.

Dispuestos frente a las taquillas, en el gran vestíbulo, que alberga decenas de ventanillas, cientos de asientos de personas que distraídas leen un libro, escuchan su iPod con la mirada perdida y niños que corretean delante de padres que desesperan para no perderles de vista entre la muchedumbre que por allí deambula, unos veinte maniquíes dispuestos dentro de una cinta plástica (como esas que pone la policía alrededor de la zona acotada).
Me acerco y observo que sobre sus torsos y espaldas rezan textos... en sus brazos, a modo de código de barras, también hay algo escrito... Son nombres: Rosalía, 23 años, ecuatoriana. Marta, 19 años, gineana. Giovanna, 30 años, keniata, etc...
Mi cámara de fotos (esa que siempre me acompañaba en mi bolso) está rota, desgraciadamente, pero... como siempre hay una luz para una sombra... mi móvil tiene cámara. Las fotos no son muy buenas, pero quiero mostraros algunas de ellas que, pensando en vosotros, he hecho con esmero mientras la gente me miraba curiosa.


Y algunos de los textos. En su espalda...


Y sus torsos, cuentan cosas...

Otra terrorífica historia...

"Tengo una niña, estudié marketing en la universidad y tenía una pequeña empresa de alquiler de video. Hasta que tuve un problema con mi marido y su familia. Cuando me quedé embarazada por segunda vez, mi marido empezó a irse de casa a veces durante varios días hasta que finalmente nunca volvió y me dejó con el bebé y sin dinero".
Y una más...

"Si quise denunciar desde el principio, desde que me dí cuenta donde estaba pero era una perspectiva que veía lejos porque pensaba que la policía estaba corrupta, como en mi país. No sabía si había embajada y que si preguntaba por la calle no todo el mundo me iba a decir la verdad, así que prefería callarme".
Se trata de la iniciativa de un grupo solidario en contra del tráfico de seres humanos. Desgraciadamente es a nosotras, las mujeres, a las que más nos afecta. la prostitución es una terrible lacra... Es la manera más terrorífica de acabar con la estima y la dignidad de una mujer, de una niña...
No se si servirá de algo, pero quiero hoy, dejarme la voz pidiendo que sea regulada la prostitución, que paguen impuestos, que tengan sanidad y sean legales, protegidas por la ley, como todos nosotros y que de una p*** vez, los chulos, proxenetas, y demás fauna que se lucra de este repugnante negocio, se pudra en la cárcel o busque trabajo con eso que tienen entre las piernas, como piden a estas pobres mujeres.
Desde luego, no me olvido de esos otros que, desde un lujoso despacho, en un cómodo sillón de piel y con el bolsillo bien repleto, financian bajo mano y propician que estas chicas sean engañadas, estafadas, humilladas, maltratadas y muertas a golpes, mientras ellos llegan a casa y sonrientes besan a su esposa dulcemente y dan las buenas noches a sus pequeños...
Muchas cosas funcionan mal en este mundo en el que nos ha tocado vivir. Tantos sufren y tantos dan la espalda...
Al menos pensad por un momento en lo afortunados que sois y dejad de quejaros por todo, todo el día... Nuestro primer mundo pisa sobre el dolor, la miseria, el hambre, la incultura y la muerte de miles de seres de los que no conocemos su rostro.
Pero aunque estos maniquíes no tienen ojos... No sabéis las lágrimas que han puesto en los míos...

Un beso,
No se si servirá de algo, pero quiero hoy, dejarme la voz pidiendo que sea regulada la prostitución, que paguen impuestos, que tengan sanidad y sean legales, protegidas por la ley, como todos nosotros y que de una p*** vez, los chulos, proxenetas, y demás fauna que se lucra de este repugnante negocio, se pudra en la cárcel o busque trabajo con eso que tienen entre las piernas, como piden a estas pobres mujeres.
Desde luego, no me olvido de esos otros que, desde un lujoso despacho, en un cómodo sillón de piel y con el bolsillo bien repleto, financian bajo mano y propician que estas chicas sean engañadas, estafadas, humilladas, maltratadas y muertas a golpes, mientras ellos llegan a casa y sonrientes besan a su esposa dulcemente y dan las buenas noches a sus pequeños...
Muchas cosas funcionan mal en este mundo en el que nos ha tocado vivir. Tantos sufren y tantos dan la espalda...
Al menos pensad por un momento en lo afortunados que sois y dejad de quejaros por todo, todo el día... Nuestro primer mundo pisa sobre el dolor, la miseria, el hambre, la incultura y la muerte de miles de seres de los que no conocemos su rostro.
Pero aunque estos maniquíes no tienen ojos... No sabéis las lágrimas que han puesto en los míos...

Un beso,