Voy a seguir hablando de paz... aún en medio de una guerra. Seguiré gritando incluso cuando otros callen.

miércoles, 20 de octubre de 2010

¡Mójate!

Suelo mojarme, ser sincera, dar mi opinión sin temor a las críticas...
y así me luce el pelo... que me las dan todas en el mismo lado...

Y cuando no quiero hacerlo, no me queda otra...


Y tú ¿te mojas o consigues escurrir el bulto?
Un beso,


(disculpad mi ausencia, quiero secarme antes de visitaros, je, je. Pero os pienso... a todos)

viernes, 8 de octubre de 2010

Convivencia

Atendiendo (gustosamente) a la petición de mi amiga María y de acuerdo con otro montón de amigos blogueros, hoy, día 8 de octubre, quiero decir algo sobre la convivencia...

Según la Real Academia de la lengua:

"Convivir con otro u otros".

¿Y ya está?
Pues no...
Convivir es compartir, aguantar, repartir, amar, disfrutar, desesperarse, dividir y multiplicar, sumar y hasta restar...
Nada fácil por otra parte.

Me pregunto porqué fracasa una convivencia... Bueno, no hay más que mirar cómo está el mundo. Cómo nos relacionamos con otros sectores sociales, con los animales, con nuestro entorno. Desgraciadamente, mires donde mires, la convivencia falla a menudo.

Nos hemos quedado sin humildad para escuchar a los ancianos, sin ternura para tener en cuenta a los niños. Sin sensibilidad para las minorías. Sin corazón para los animales y sin escrúpulos para la naturaleza...

De todo y de todos podemos aprender lecciones muy valiosas.

Mirémonos a los ojos y escuchemos cada palabra, cada suspiro...

Convivir es, en definitiva, respetarnos, sea cual sea nuestra altura, nuestra condición, raza o especie.

Os dejo esta bella imagen, donde puedo ver como estos dos seres dispares... se están diciendo cosas desde el corazón.
Uno regala sabiduría, otro inocencia... Hermoso ¿no?



"Cuando aprendamos a convivir con nosotros mismos... la mitad del camino, estará superado".
Un beso,

lunes, 4 de octubre de 2010

¿Soñar... o no soñar?

Vuelve a ponerse las alas postizas (creo que ignora que nunca las tuvo en realidad).
¿Renunciar a los sueños? Piensa si será mejor llevar poco equipaje.
Y franquea la puerta... una vez más.
Sale con la cabeza alta,
con los ojos tristes y el corazón encogido...

Es hora de partir.

En una mano las ilusiones, en la otra... la cordura que, porfiada, se acurruca entre sus dedos.
Una se le afloja sin querer, dejando caer sobre el camino, como pétalos que se depositan suavemente a sus pies, los anhelos que se van resbalando, sin remedio...

¡Cierra el puño! le grito, pero no me escucha...

Ni sabe cuántos pasos podrá caminar,
ni si las fuerzas le abandonarán enseguida,
Pero caminará sola o acompañada. Qué importa ya, a estas alturas...
Se deja llevar por sus pies, meditabunda, presa de una mortecina pasión.

Llueve por fuera y por dentro,
tiene frío.
Se pone eso que tanto detesta: los retrovisores...
No gritará, no llorará. No luchará en vano hasta perderse en la profundidad del bosque.
Hallará la manera de ver el sol cada día...
Y si no lo consigue, tan sólo imaginadla en la luna, con su gris plata que le protegerá de la ilusión de sus colores soñados...
Pero sabed, entonces, que los buscó hasta el último aliento.
Y que, una vez allí arriba...
ya tendrá el mundo en sus manos.



¿Cuánto pesan los sueños, amigos? o tal vez ¿Son ellos los que nos impulsan cuando las fuerzas nos fallan?
Un beso,
"Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños."

Kalil Gibran
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