Y allí ha quedado, como un pequeño y maltrecho saquito de huesos descolocados, quebrados,
apenas salpicados por algo de sangre, no mucha, dispersa entre las sábanas y algunas prendas
que arrastró al caer por el patio de luces, donde las vecinas acostumbran a
tender la ropa.
El último suspiro tan sólo le ha alcanzado para verle asomado a la ventana
queriendo sujetarla aún con su mirada, retenerla… desesperado.
Ella cierra los ojos y sonríe.
Ella cierra los ojos y sonríe.
“Hoy, por fin lo hice y lo haré las veces que desee, pero para ti, ésta es la
última vez”.
Tan perplejo estaba, que no se percató de la presencia de la
chiquilla cuando, sorteando las cuerdas, en un ligero e imparable ascenso,
casi rozó su cara, y por un instante, el hombre creyó percibir ese olor casi a bebé de su piel y que, ahora, se ha llevado consigo para siempre.
Él ha perdido su juguete y ella..., bueno, ella ya es libre.
10 comentarios:
Vienes en días puntuales y dejas una estela inolvidable con tus letras,Natacha querida.
La libertad tiene precio y a veces,éste es terrible, pero más lo es vivir sin ella...
Besos miles,preciosa.
Me has dejado helado...
Besos o salud
Besos o salud, NO, es Besos y salud, perdona.
Besos y salud
apareces de sorpresa de vez en cuando :)
espero que todo te esté yeno muy muy bien
besazos
Natacha, escribes demasiado bien para regalarnos tus letras tan esporádicamente.
No te pierdas!!
besos
Impresionante,saludos
Sin palabras me he quedado.
Mientras leía no sabía de q iba el tema y luego el final me ha dejado con la boca abierta.
Besoss
¡Anda, pero si carita guapa se ha acordado de que una vez abrió un blog!!!!!!! ¿Dónde demonios estáis? y hablo en plural. Se te echa de menos, es verdad, escribes fenomenal pero muy poco.
No, no digas nada, lo entiendo perfectamente y sé que eres feliz.
Un beso.
Un abrazo fuerte, Natacha... Me alegro mucho de verte, amiga
Natacha! Besos y abrazos por montones para tí!
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