Voy a seguir hablando de paz... aún en medio de una guerra. Seguiré gritando incluso cuando otros callen.

domingo, 23 de junio de 2013

Esta noche, en mi país...

Estará ahí, como cada noche...
hoy será hermosa como un queso, grande como lo es ella. Brillante algo más, tal vez, que otras noches.
Hoy no se esconde. Estará repleta de luz, repleta de esperanza.
Y voy a acurrucarme a su lado para que me consuele, para que me aconseje y me preste su luz en mi abrumadora oscuridad.
Mi pais se viste esta noche de gala para que todos lo podamos contemplar con la boca abierta, Miradla, como sin luz propia, a veces (solo a veces) crece (crecemos) y brilla de tal magnitud que supera espectativas y nutre nuestro corazón.
Pero en su humildad, volverá a esconderse poco a poco... hasta desaparecer, en su ciclo, nuestro ciclo, interminable.
El día que coincidamos tu y yo... querida luna, ese día, nadie podrá con nosotras. Mientras eso sucede, méceme y enséñame a encajar mis errores. Ayúdame a tomar esas decisiones que no quiero tomar e ilumina el sendero que he de empezar a recorrer.



Nos os perdáis esta noche la Superluna un 16 %  mas grande y un 30 % más brillante.
Un beso,


jueves, 7 de marzo de 2013

Del miedo y otras pesadillas...



Y allí ha quedado, como un pequeño y maltrecho saquito de huesos descolocados, quebrados, apenas salpicados por algo de sangre, no mucha,  dispersa entre las sábanas y algunas prendas que arrastró al caer por el patio de luces, donde las vecinas acostumbran a tender la ropa.
El último suspiro tan sólo le ha alcanzado para verle asomado a la ventana queriendo sujetarla aún con su mirada, retenerla… desesperado.
Ella cierra los ojos y sonríe. 

“Hoy, por fin lo hice y lo haré las veces que desee, pero para ti, ésta es la última vez”.

Tan perplejo estaba, que no se percató de la presencia de la chiquilla cuando, sorteando las cuerdas, en un ligero e imparable ascenso, casi rozó su cara, y por un instante, el hombre creyó percibir ese olor casi a bebé de su piel y que, ahora, se ha llevado consigo para siempre.

 



Él ha perdido su juguete y ella..., bueno, ella ya es libre.


"Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños."

Kalil Gibran
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